El verano pasado tuve un encontronazo en la piscina pública de mi barrio (que es bien grande, hermosa y rodeada de altos árboles).
Nunca me gustó pasar por los vestuarios; voy con el típico vestidito de verano, duchada en casa, y me pongo el monokini por debajo de el vestido (no se me ve un pelo porque soy muy consciente que Madrid está ahora plagada de fascistas descerebradxs).
Un "socorrista" se me acerca a instarme a que me ponga el bañador en los vestuarios, y entonces me enfrento a él/ellos pidiéndoles:
a) Su identificación como "socorristas" o su puta madre.
b) El puto reglamento o cartel donde se especificara que era una obligación, y no un derecho, cambiarse en los vestuarios.
Pronto me rodeaban como media docena de tíos, yo en tetas y ellos vestidos. Monto en cólera por el acoso y la invasión de mi intimidad (máxime cuando no llevaban uniforme, ni identificación, ni nada) y ellos deciden llamar a la policía (a todo esto la pisci está semivacía).
Pejo y yo fuimos a la tarde a denunciarlos en comisaría y nos tuvieron como unas 3 ó 4 horas esperando, hasta que nos aburrimos y nos fuimos (Marino esperándonos en casa); el resultado es que ahora me citan a MÍ mañana como denunciada en un juicio de faltas.
Es kafkiano. O se han vuelto todxs locxs, o se aburren mortalmente, o no tienen trabajo más importantes que hacer con los maltratados dineros públicos.
Pero se van a enterar. Lo juro. Les saco una buena indemnización por daños y perjuicios diversos.
Fascistas censores locxs descerebrados salidorros de las narices.
Alicia XX