Puedo afirmar y afirmo que llevamos casi semana y media en el paraíso, en uno de los pocos parajes españoles sin estropear por el urbanismo indiscriminado y el mal gusto imperante; rodeadxs de montañas -más bien montes- terrosos y áridos, pero también dulces, misteriosos y preñados a reventar de la peculiar e irresistible vida del desierto. Un mar azul profundo y verde botella domina desde cualquier ángulo y nos abraza cada vez que nos viene en gana; su salada y fresca caricia nos tiene permanentemente embelesadxs como a primitivos animales extáticos en rito continuo de celebración a la vida y a la evolución. Evolución que para mí es tan evidente que me abruma y me conmueve; recuerdo haber venido aquí en casi todas las tesituras de mi vida; de peque, de hija, de hermana, de nietecilla, de amiga, de novia, de esposa, de amante, de mamá, de estudiante, de profe, de traductora, de escritora, de cantante, de guitarrista, de poeta, con o sin dinero... Esta vez llego con excelentes marido, niño y disco -pero sin padre ni abuela nunca más, y sin algunxs amigxs tampoco-, y todos esos cambios continuos me conmueven e influyen en lo más íntimo.
Definitivamente, este mar tiene carácter; no esperen una balsa mansa, predecible y calma como gustan de llamar al Mediterráneo lxs que prefieren los mares del norte -para fastidiar, básicamente-; es un piélago con redaños, ultra-mega-vivo y espumoso que reacciona como le viene en gana, caprichoso él, pero siempre también amable y condescendiente conmigo, su sacerdotisa-discípula, y con mi familia. A estas alturas, estamos los tres cegadoramente hermosos, duros, flexibles, resistentes, saludables, con un color que invita a comernos sin aliño. Marino, en particular, que se ha echado a nadar y bucear solo este verano, irradia tal belleza que a veces me duele el sólo mirarlo, observar sus irresistibles movimientos y escuchar sus descabelladas o híperracionales e inteligentes ocurrencias, tan estimulantes para mí...
Ojalá pueda seguir escribiendo, queridxs amigos y amigas.
Un abrazo muy fuerte de...
Los Cool XX