viernes, marzo 06, 2009

La vida del artista

Anoche tocamos en el amable Eisbär Sound Club; un concierto planteado con el objetivo de acoplar el sonido de la banda a toda clase de garitos y condiciones, y como tal he de decir que fue un éxito. Alicia me preguntaba anoche si me había merecido la pena y entonces no fui capaz de contestarle. Pensé en el trabajo, después el local, desmontar y recoger, cargar, ya que el viento, las manifestaciones, el tráfico y la canguro aconsejaron que Alicia, Finu y Domingo fuesen directamente a las Vistillas. Óscar y yo llegamos con sólo 23 minutos de retraso sobre la hora prevista para probar sonido, y eso que invadimos a saco el carril bus de la calle Guzmán el Bueno. El montaje fue complicadillo dadas las reducidas dimensiones del escenario donde nos tuvimos que subir cinco adultos de buen ver a hacer punk-rock y blues moderno.

Comenzamos a tocar el disco en orden inverso. “Humo...” se convierte así en una pieza idónea para calentar, con el ritmillo a medio tiempo que lleva. Salió bien y sólo hubo un pequeño despiste con las estrofas que ni se notó ya que Alicia la cantó estupendamente. “El espía” se toca sola y con “Extraño” me emocioné (genial Óscar, con su arreglo en la segunda parte). Los aplausos sonaban amplificados, como si el aforo estuviese completo.

A esas alturas Ignacio Guarderas y su amiga con sendas cámaras en ristre se deslizaban por los rincones filmándolo todo sin perder detalle de “La Casa” (¡qué bien sale siempre!), “La Gripe” (algo cansina), “Las motos” (me encantó) y de “Sentir”, que hubo que repetir ya que empezamos fuera de tono. Fionnuala y Alicia acometieron “La Verdad” empastando bien esa preciosa melodía y llevándonos a todos a un groove en el que resulta facilísimo zambullirse y no darse cuenta de que nos saltamos toda una estrofa completa. No importó, la atmósfera estaba lograda. “Mentira” sonó pantanosa, ¡como debe ser! y “Fuego” fue arrolladora. Para finalizar, dos versiones: la prometida de Prince, “Kiss” (fantástica Alicia y Domingo, siempre tan fiable) a lo punk y “Depredador” de Polanski, tan resultona e inquietante. Resultó agotador pero aleccionador, me sentí orgulloso de estar allí, con esos hombres y mujeres haciendo eso y no otra cosa (bueno, algún tema nuevo sí) y sí, Alicia, mereció la pena.

¡Hasta la próxima en el Chill Bill el 24 de abril con White Room! (si no nos llama antes Daniel Lanois).

Rubayat