martes, septiembre 23, 2008
Julieta, Marieta y Estíbaliz Gasca sonreían felices.
Veintitantos años después de que La Banda sin Futuro enseñase a los músicos de Donostia la manera en que debían manejarse sobre un escenario, los tres acordes del rock y la aptitud punk y de vanguardia del antidogma, un puñado de sus herederos intentamos pagar esa deuda.
Nos jodió perdernos a Julia Cristina (Cris Monje) en El Callejón, a los chicos del Bukowski y al pequeño gran Rafa Berrio en el sótano del Ondarra Bar, pero los cuatrocientos y pico kilómetros que nos separaban de la Bella Easo y los horarios de trabajo nos hicieron llegar sobre las 10 a Gros. Antonio y Melanie tuvieron también algo de culpa, ya que los accesos a los parkings estaban cortados.
Después de saludar a Alejo y Mariví nos dirigimos al Zikuta a bailar con Slade, Marc Bolan y demás, sabiamente pinchados por Jose Mari. A eso de las 5 o así, y tras ser petardeados en la calle por algún vecino iracundo, nos fuimos a descansar.
Mariví Ibarrola, que había hecho estupendas fotos en los 80 de Derribos Arias y de numerosos grupos de la movida, expuso en la sala colindante a la Gazteszena cerca de 30 copias en papel, blanco y negro de Poch, Alejo, Juan, Paul, Lili y demás personas que rodearon a Poch. La exposición me encantó. Ojalá que a alguien se le ocurra editarla en forma de libro. Ella es la autora de la foto que acompaña esta crónica.
La prueba de sonido fue engañosa, como siempre. La mezcla de los monitores no fue la que luego tuvimos en escena y eso nos despistó en algún momento al princípio. Fairlight Experience abrió el fuego y el grupo donostiarra de música electrónica lo hizo muy bien. La sala estaba un tanto escasa de gente a esas horas (las 21h), pero estuvieron intensos y precisos.
Krell (otro grupo electrónico y de Donosti, en este caso un trío) sonaron potentes y más duros que los primeros pero también más previsibles.
Luego subimos nosotros, Malicia Cool. Pronto nos dimos cuenta que, pese al buen hacer de Sergio Cruzado, el sonido de monitores no tenía nada que ver con el de la prueba (siempre es así, por lo visto) y tras la presentación que hizo Alicia, empecé a marcar el bombo que soporta la base rítmica de “Como uña y carne”, que fue la versión de Poch que hicimos. Precioso tema que, según nos contaron, quedo bién (a Alejo parece ser que le gustó mucho) y digo según nos contaron porque lo que nosotros oíamos allí ariba no tenía nada que ver con la realidad. Atacamos también “Bailando en el Alambre” de Polanski ya que, como contó Alicia en su presentación, Poch y Paul cantaron en la versión disco del tema y desde donde yo estaba pude percibir que el ritmillo ska del tema empezó a animar a los asistentes que, hasta el momento, perecían pertenecer más a la especie contemplativa que a la disfrutona. Cerramos con “Wish you were here” en nuestra particular versión. Salimos contentos aunque un tanto ignorantes de cómo habíamos sonado. Iñaki Pemán, que estaba un poco al tanto de lo que pudiéramos necesitar sobre el escenario, me contó que muy bien.
The Rock Sifredi Band salieron inmediatamente después de que Alejo Alberdi hubiese pinchado algunos ritmos de actualidad. Hicieron correctamente dos versiones de Poch y un tema propio en clave de rock&roll clásico.
Finalmente J.M. no apareció para cantar con Los Olvidados, el trío de Pasajes formado en el 85, que estuvieron impecables, muy profesionales en la ejecución del tema de Ejecutivos “En estéreo” con su bajista Nagore tocando la guitarra. Dejaron buen sabor de boca.
Antes de salir tarareaban “Wish you were here”, pero cuando el cantante de Hotel (una mezcla de Robe y Poch, peinado con secador) sacó el mogollón de pinzas que llevaba y las arrojó al público, mientras sonaba “Voy ciego” me recorrió la espalda un escalofrío. Entonces miré a las hermanas Gasca y seguían sonriendo felices. Me encantaron, me parecieron muy potentes y sobraos, así como la versión del “Crematorio” que hicieron, ¡espeluznante! El público, muy educado, les devolvió las pinzas pero eso sí apuntando a las gafas.
Me perdí a Puskarra, reunidos para la ocasión, porque estaba socializando en la barra en la que descubrí como camarero al protagonista de la peli “27 horas” de Armendáriz, pero sí que ví y escuché a Munlet, el dúo de Bilbao compuesto por Lady Fingers (voz, theremin) y Herr Profesor (bases y guitarras) que sonaron y lucieron brutales. Aunque su música no me dice nada, estuvieron demoledores. Hicieron una versión de Décima Víctima y el Branquias con una puesta es escena fue muy eficaz y llamativa, aunque algo nazi.
Uno de los platos fuertes del concierto fue la reunión de La Buena Vida para el homenaje. El batería y el guitarrista de Puskarra están integrados en su formación que además incluye dos guitarristas más, un bajista y dos coristas. Sus amables versiones de “Viaje por países pequeños” y “Voy ciego” volvieron a hacer aflorar las sonrisas de las tres hermanas de Poch y de todos los presentes.
Finalmente Javi P3z se subió al escenario con una potente base rítmica para aberrar tanto con su guitarra como con la voz en un final de fiesta muy sicodélico.
Eran más de las dos y media cuando abandonamos todos el viejo Jareño reconvertido y bajamos las cuestas de Egía camino del Bukowski, pero eso fue otra historia. Julieta, Marieta y Estíbaliz bajaron la cuesta, pero hacia el lado de Gros, y cuentan los que las vieron que también iban felices y sonrientes.
Rubayat