Pues yo misma lo digo a lunes 3 de noviembre de 2008.Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adapto a mí misma.
El cuerpo tiene sus núcleos y su periferias y un modo muy misterioso de mantener a los intrusos en la orilla exterior.
El conocimiento y la inteligencia no son peligrosos si una tiene suficiente emotividad y suficiente sexualidad para mantenerse en movimiento.
Yo, con un instinto profundo,
elijo un hombre que provoca mi fuerza,
que ejerce demandas enomes sobre mì,
que no duda de mi coraje ni mi rudeza,
que tiene coraje de tratarme
como una mujer.
Somos nosotros los creadores de fantasmas y, por lo tanto, nosotros mismos quienes debemos disipar esa presencia que destruye nuestra vida actual. Es la autodeterminación interior, el reverso del fatalismo. Se puede cambiar el carácter, las ideas y la emotividad. Esta es la manera más sutil y más profunda para llegar a gobernar nuestro propio barco.
Escribí, viví y amé como Don Quijote, y el día de mi muerte diré: “Disculpadme, todo fue un sueño”. Y entonces, ojalá encuentre a alguien que me replique: “No lo creas; todo fue verdadero, absolutamente verdadero”.
Una bio, y más interesantes textos, aquí: http://www.elortiba.org/nin.html
¡De nada, ha sido un placer¡ (¿o debo decir un éxtasis?).
Alicia XX