lunes, noviembre 24, 2008

Poemas de amor urgentes

-Mi noche es ahora día
mi día es ahora noche.
Tu cabellera descansa sobre la almohada
como una vegetación.
Rueda humeante en las mareas, desea morir y renacer.
Tu cuello es un torbellino y tu cuerpo es aéreo
como mi mano de explorador que sigue pasos
sobre tu desnuda piel

-Como de repente he envejecido y soy
el culpable de todo, he decidido vender
los ojos de colorines que tenía
para correr mundo. No me pidas que haga
ningún esfuerzo más para cambiarme los ojos.
Renuncio desde ahora a toda clase de sueño.
En este mundo de cuatro palmos cuadrados,
no me hacen ninguna falta
los ojos de antes; incluso cerrando los que me quedan
veo todo lo que quiero.
Ahora, para vivir, necesito más los dedos.
Es un mundo táctil
este mundo en que vivo, un mundo de objetos
que palpitan, de paredes que palpitan,
y que voy recorriendo con los dedos bien abiertos,
con todo el cuerpo en la punta de los dedos, para no
perderme, si puedo, ni un solo instante de vida.
La ventana que da al vacío
tiene los ojos puestos en mí:
si remoloneas los entorna
para que no pases cargado con un sueño,
si te atreves los abre de nuevo.

-Mi corazón está a uno y otro lado
como un columpio que se balancea
hacia el techo celeste,
al azar de esos tejados y antenas.
Mi corazón no es más que un puño cerrado...
y el mundo... es tan grande para abarcarlo
que enseguida me alejo, recordándome
contigo, en el vuelo único

-Del callejón del gato
han de salvarme
unas claras palabras,
que valgan toda mi vida.
Pero temo que sea
Slim Jim Phantom
quien ponga precio
a tu intacta sonrisa
al sueño cautivo
de tu amor.
Con mucho gusto le daría
querida una patada
en el culo.
Pero ¿acaso le dolería?

Tú vives la vida tan veloz
como un relámpago,
tú vas tan mítica y centelleante
como una locomotora en marcha
El ojo único llameante en medio de la frente
Y ese largo silbato despavorido que se aleja.
Compréndelo.
Yo soy un borrico que atraviesa el campo
y te mira, embelesado.
Respirar es difícil en este aire revuelto.
¿Adónde vas, qué harás, cuáles son tus rostros?
En cualquier caso seamos jóvenes contra la tristeza
que empapa estos muros.
Prefiero pensar que sólo es real
todo aquello que no sabemos de nosotros.
Entonces ¿qué? ¿qué? Nada (ausente) Pues amén.

-He visto tus lágrimas
Nunca te he querido tanto
Somos dos seres
nacidos de la necesidad.
Duele,
(me) duele vivir,
a veces me parece
que me acaricias
con tu mirada
Que desde allí
me quieres.
Pienso en
Tu boca,
Esa oscuridad
Prometedora
Que preludia tu pecho,
ese inasequible misterio
Con que
Riega tus dientes
Un tropical
Aliento
Cómo se definen al aire
Tus pechos,
Cómo palpita tu cuerpo
Amaneciendo
Restalla al dia
Densa y pausada
como la Creación entera
El primer lucero del alba

-Contigo
he logrado
que el imposible futuro
obedezca las leyes
del pasado,
del recuerdo
que queda como
un poso de
espuma efervescente
(es la espuma del
mar del tiempo
y de la jarra de cerveza,
que bullen ahora
pero pasaron ya)
Te recuerdo ahora
como serás; y si
alguna vez es,
será como
un pasado recordado,
como una tirada
de cartas del tarot
que se hace viva realidad.
Sin embargo hoy,
te recuerdo
en el
futuro
suspendido,
cuando en la promiscuidad
de tu pecho
despuntaban los pezones
como estrellas,
y yo podía escribir
la melodía de tu
piel pura
besándote hasta muy dentro
la carne,
garabatear
“un tatuaje de guitarras”
en tu mejilla
porque sólo a tí
te corresponde fijar
en piedra de palabras
lo que has visto
y legarlo a todos
para que sea amado.

-Brilla en ti
diamante loco
No te escucho cuando hablas;
Sólo muerdo tus labios
No estoy cuando me miras;
Me observo desde tus ojos, lejos
(Quizá es por eso tu conquista
tan dura y difícil,
Densa y pausada como la Creación entra)


-Dale a un loco una piedra
E intentará borrar su carné de loco
Dale un fusil a una bala
y será más rápida que el viento
Dale un “Polar” a Pink Floyd
Y te preguntarán ¿quién de ustedes es Pink?
Dale a un niño un caramelo
Y se sentirá mago de sí mismo
Mientras se le arruga el paladar

Pero yo…¿qué hago ahora con tus besos?


-Estoy literalmente
a merced de tus manos,
de tu piel vagabunda y caliente
que se entrega y me deja
vacilando en el día.

Hecha siempre promesa.
Tu sabor es recuerdo
eternamente vivo
como hojas de la mañana
en que mi amor transcribo

Estoy literalmente
a merced de tus labios.
colgando en las palabras
que tu jamás pronuncias.
Quiero olvidar
gozando en esta angustia
de descubrir tu voz
como una letra muerta.

Y saberme una nube
que va errando en el día,
Hasta llover, mi amor,
sobre tu cuerpo mío.

-A la orilla del acantilado te acercas
con el pie refrenado y tu cara
se desnuda de luz y de aliento
palideces descansando en los labios del agua

Las heridas se curaron instantáneamente
pero vuelven a aparecer si te alejas
¿qué hay oculto detrás de tus palabras?

¡QUIÉN PUDIERA, SIN BARRO, NI HERIDAS,
DESCUBRIRSE EN LAS OLAS MAÑANA!

He mirado hacia atrás y sólo he visto
Senderos que se cruzan ajenos
Y palabras perdidas en las huellas de la carne

Miro ahora debajo de mis pìes,
Pro no encuentro signos que me indiquen
El camino de vuelta directo hacia la vida.

Miraré al horizonte de mis ojos y nada habrá:
Millas de océano desierto
Con un nuevo trayecto por fijar.


> Yacías envuelta en tu mágico secreto
> tan humana en el tiempo,
> tan vacía de historia
> que sólo pude reconocerte
> por el olor de tu deseo
> siguiéndome en la sombra.
>
> Pensaba pronunciarte en susurros secretos
> pero te delataste en el grito que te nació de pronto
> como un calor que huye cuando la hoguera crece.

- A veces
llegados con el crepúsculo.
ocurre
que tus ojos se posan en los míos.
Y parecen resueltos
tras un viaje muy largo
de foros, anónimos y machismos.
Entonces,
después de un aleteo,
ocurre que me cuentan lo que han visto de verdad:
las selvas infinitas,
las ciudades soñadas que duermen
sin saber que amanece en las buhardillas y clubs, los desiertos, otoños, cordilleras,
y siempre el mar:

A veces
dibujan tus pupilas geografías
sin nombre ni memoria
donde el torrente es rojo,
magenta el valle
y estruendo la nieve;
tus palabras
estremecen los foros a su paso.

A veces con el viento,
descubro
que debajo de tu mirada
me espera el sendero de tu cielo.

-Después de consultar el menú
yo pedí de primero
corazón de ave fenix al oporto.
De segundo,
los sesos de un delfín
con hojitas de menta

te pediste al camarero
con guarnición de treinta y pocos años

No llegamos a los postres.

Rubayat