Los camaradas Stavrogin, Chíchikov y yo nos hemos peleado, insultado, denigrado y humillado a conciencia pero también leído con denuedo el uno a la otra (y al revés) y, finalmente, sonreído y colaborado muy afortunadamente; ¡hasta hemos visto expos y tomado copas juntos¡ Y aquí estamos de nuevo (¿creías que nos habías quitado de en medio?).
Cool-entrevista a Pável Chíchikov:
1.- Hola, Pável. ¿Dónde aprendiste a escribir así?
Creo que empecé a escribir relatos simplemente porque era el típico adolescente miedoso, acomplejado e inseguro que se trastabillaba al hablar. Me gusta escribir por lo mal que hablo. De todos modos, no estoy satisfecho con lo que escribo últimamente. Cuando tenía dieciocho años era mucho más fresco, más espontáneo. Ahora estoy bloqueado: lo que me sale me parece muy serio, o muy pedante, o muy intelectualizado, o muy frío, o muy aburrido. En fin, ¡es tan difícil escribir bien!, ¡y la gente lo valora tan poco! ¿Por qué todo el mundo considera que un blog es una pérdida de tiempo? ¿Por qué les cuesta entender que escribir es un placer enorme para algunos?
2.- ¡Eso mismo me pregunto yo¡ Cuéntame las cosas que te ponen del hígado en una persona.
Todo y nada. Creo que soy más respetuoso de lo que aparento. Si conocieras a mis amigos encontrarías de todo: charcuteros, licenciados en derecho, funcionarios, jugadores de rugby, músicos "vanguardistas", profesores de filosofía, gente alegre, gente depresiva, ancianos sindicalistas, jóvenes de extrema derecha, punkies granadinas... Pero, sí, reconozco que hay algo que me pone del hígado: detesto profundamente a quienes clasifican a las personas en normales y raras.
3.- ¿Crees en el amor? Explica.
Por supuesto que creo en el amor. Una de las consecuencias más tristes de la modernidad es que el amor ha quedado reducido al ámbito de la pareja burguesa o, peor aún, de la familia tradicional. No voy a negar ese tipo de amor, que evidentemente existe y puede ser muy rico y profundo. Lo que me interesa es ir más allá, vivir ese sentimiento con una mayor amplitud, sin restricciones, sin miedo. El amor y no la razón es lo que nos impulsa a levantarnos de la cama cada día. El amor es como la sonrisa: si la ofreces, todo el mundo lo agradece. Entonces, ¿por qué hay tanta mala leche, tanta soberbia, tanta agresividad, tanta competitividad, tanta violencia (física o no)?
4.- Escoge: vista, oído, tacto, olfato, paladar.
Escoger es renunciar y eso no me gusta. Pero si me tuviera que mojar (y las entrevistas están para mojarse), creo que elegiría el tacto. Soy un materialista radical. En una noche tan fría como esta creo que nada me sentaría mejor que meterme en la cama con otro cuerpo desnudo.
5.- Tu mujer ideal es...
Hace tiempo dejé de creer en los ideales. Creo que los ideales nos convierten en seres muy perfeccionistas, exigentes y "totalitarios". Mucha gente vive con la estúpida ilusión de que la realidad se ajustará a sus deseos. Pero la realidad, por suerte, tiene una divertidísima tendencia a la rebeldía. En lugar de ajustarse con docilidad a nuestros caprichos, hace lo que le da la gana. Por eso muchos idealistas acaban con esa absurda sensación de que los otros son vulgares, de que no hay nadie que valga la pena. Eso es un error. Hay que aceptar lo que hay, lo poquita cosa que somos, lo imperfectos que somos. Por eso es mejor ajustarse a la realidad. Y mi realidad ahora mismo, esto es, la chica de la que estoy muy enamorado, es una mujer real, de carne y hueso, pequeñita, con muchos miedos, sensible, dulce, inteligente, tímida, sosa, tranquila, morena y (!!!) lleva aparato.
6.- (¿y dónde se lo ha comprado?, jeje...). ¿Por qué nos gusta tanto la música?
Mi manera de escuchar y disfrutar de la música es totalmente precaria. No sé nada de música. No conozco el lenguaje musical. Simplemente hay canciones, sonidos, voces, etc., que me ponen los pelos de punta. Mi relación con la música, por tanto, es totalmente superficial: la vivo con la piel.
7.- Entiendo, el sonido en general. ¿Qué opinas del reciente cierre de algunos locales madrileños: Riviera, MOMA, Macumba...?
Tengo que reconocer que los porteros de discoteca, por regla general, no me gustan. Dicho esto, el circo político que se ha montado me ha parecido muy triste. Las administraciones siempre miran para otro lado salvo cuando un asunto adquiere relevancia en el circo mediático. Además, ¿cuántas palizas habremos visto a ecuatorianos, peruanos o marroquíes sin que nadie haya alzado la voz ni se hayan tomado medidas?
8.- ¿Cómo te pone la Navidad?
Me entristece muchísimo. Me pone en contacto con mi familia, y eso me trae recuerdos muy duros, experiencias muy dolorosas, imágenes de personas que podrían (o pudieron) ser extraordinarias y quedaron atrapadas por el miedo, el alcohol o las depresiones.
10.- Es curioso que sigamos siendo amigxs en circunstancias tan “peculiares”, ¿no crees?
Bueno, reconozco que cuando te empecé a leer en el blog de Costa nunca pensé que pudiéramos llegar a ser amigos. Supongo que mi impresión cambió cuando comprobé que no eras tan autoritaria y dogmática como parecías al principio. Por otra parte, reconozco que ser amigo de alguien como yo es francamente difícil. No es fácil soportar a un tío que no contesta al teléfono, o que detesta el sexo, o que cambia de opinión cada tres minutos. Valoro mucho tu paciencia y tolerancia conmigo.
11.- Curioso, yo te tomé al principio por un facha con dificultades de integración y un enorrrrrrrrme ego, pero también cambié de opinión poco después; a mí tampoco me gusta hablar por teléfono y creo que tú también has sido paciente y tolerante conmigo, así que we´re more or less even¡
Escritoras/es favoritas/os.
Siempre fui de Nietzsche y Dostoievski. Luego hay una una buena lista de escritores que me encantan (clásicos como Aristófanes, novelistas como Flaubert, "poetas" como Cioran, filósofos como Foucault, bufones como Zizek o Sloterdijk, sabias como Simone Weil, místicos como Tólstoi, santurrones como Chéjov, ensayistas como Susan Sontag, etc.). Pero Nietzsche y Dostoievski son muy especiales, empecé a leerlos con diecisiete años y me siguen ayudando a reflexionar. En realidad sólo me interesa profundizar en unos pocos autores. No me interesa para nada ese estúpido afán burgués e ilustrado que consiste en llenar las estanterías de tu salón de libros para cumplir tu distinguido rol de "persona culta".
12.- ¿Veremos tú y yo algún cambio sustancial en el status-quo (ciencia, política, etc.) antes de morir?
Acabamos de conocer uno fabuloso: internet. Y aún tenemos que exprimirlo. Puedo presumir de ser una de las primeras personas que se han educado a través de internet. Por lo demás, soy muy pesimista respecto al mundo político-institucional. Nos han hecho creer que la política es una cuestión de expertos. Pero lo cierto es que los gobiernos de expertos (o tecnocracias) siempre acaban como la República de Platón: sólo hay espacio para las hormigas trabajadoras, disciplinadas y obedientes, los poetas son (somos) muy peligrosos.
Pues eso es; ¡gracias y hasta muy pronto, Pável, I sincerely hope!
Siempre fui de Nietzsche y Dostoievski. Luego hay una una buena lista de escritores que me encantan (clásicos como Aristófanes, novelistas como Flaubert, "poetas" como Cioran, filósofos como Foucault, bufones como Zizek o Sloterdijk, sabias como Simone Weil, místicos como Tólstoi, santurrones como Chéjov, ensayistas como Susan Sontag, etc.). Pero Nietzsche y Dostoievski son muy especiales, empecé a leerlos con diecisiete años y me siguen ayudando a reflexionar. En realidad sólo me interesa profundizar en unos pocos autores. No me interesa para nada ese estúpido afán burgués e ilustrado que consiste en llenar las estanterías de tu salón de libros para cumplir tu distinguido rol de "persona culta".
12.- ¿Veremos tú y yo algún cambio sustancial en el status-quo (ciencia, política, etc.) antes de morir?
Acabamos de conocer uno fabuloso: internet. Y aún tenemos que exprimirlo. Puedo presumir de ser una de las primeras personas que se han educado a través de internet. Por lo demás, soy muy pesimista respecto al mundo político-institucional. Nos han hecho creer que la política es una cuestión de expertos. Pero lo cierto es que los gobiernos de expertos (o tecnocracias) siempre acaban como la República de Platón: sólo hay espacio para las hormigas trabajadoras, disciplinadas y obedientes, los poetas son (somos) muy peligrosos.
Pues eso es; ¡gracias y hasta muy pronto, Pável, I sincerely hope!
(eso sí, no te perdono no haber podido meter ni un triste "oo", sniff...).
Alicia XX