¡Hola¡ Ayer empezó mi taller de creación poética con el bello Gonzalo Escarpa y más compañerxs; este año, poesía y música; ¡qué gozada¡
Así que cuelgo -¿supongo que puedo hacerlo?- el primer ejercicio que llevo para la siguiente sesión, mi poética llamada Una ducha de confetti sobre las palabras. Se trata de metapoesía, es decir, de poesía acerca de la naturaleza de la propia poesía. Agradezco opiniones, correcciones o sugerencias, aunque sé de antemano que eso es como pedir 28º C en la calle en pleno enero; pero, como dijo alguien muy listx, ¡que no se diga que no lo hemos intentado por lo menos¡
Una ducha de confetti sobre las palabras
Una ducha de confetti
¡Aparta¡
colores en carne viva tiñen lexemas
y el roce exfolia pretensiones vanas
¡Quita¡
Tu bronceado ultravioleta no cabe en mi poema
y tu moreno del Caribe
no sirve
¡ni para colocar las “íes”¡
Tampoco tienes que arrancarte los pelos de las cejas
Dolor, éxtasis, melancolía...
Profunda inclinación al árbol y al sol
Terremoto en las arterias... ¿pero por qué?
¡Si son sólo un niño y un balón¡
(tu corazón se encabrita)
Salinas, Aleixandre, Manrique,
Santa Teresa, Rubén Darío, Jorge Luis...
¿Y tú me lo preguntas, Escarpa? ¿Con esos ojos??
Profundidad y precisión en la pluma
Ligereza levemente anclada en lo abisal
O en las estratosféricas alturas
Vértigo, delicioso vértigo...
De lirio, fragante delirio...
Vuélvete al zigoto o al Big Bang,
Y reencárnate en una serpiente de sal
¡Entonces ya estás, poeta, ya estás¡
(pero te quiero, mi amor, no me dejes solo...)