lunes, junio 26, 2006

LOS PICASSOS DEL REINA SOFÍA. UNA FORMA DE VERLOS.

INTRO

Fuimos a la galería de Rafa a dejar al nene y decidimos ir a comer al Reina Sofía para ver luego los Picassos. NO vayáis a comer al restaurante del Reina Sofía. Mucho diseño pretendidamente europeo, pero te traen una ensaladilla rusa en lugar de un "mosaico de verduras" y unos langostinos en gabardina en lugar de al ajillo, aparte de tenerte esperando tres horas... Para soportar la espera, nos enzarzamos en animada conversación: 1.- Contra la religión católica (el tenebroso "Ejército de las Tinieblas") y su nefanda, siniestra y sanguinaria influencia en todas partes, incluidos algunos amigos, que no se dan cuen, tristemente... 2.- Contra las actitudes sexistas, tan dañinas como difíciles de cazar, porque frecuentemente se disfrazan de posiciones "protectoras" y ensalzadoras de la mujer... 3.- Contra el hecho de que, desde la 2ª República, media España ("Nacidos para dominar") venga oprimiendo y dominando a la otra media, sin dejarle dinero, ni tiempo, para disfrutar de la cultura ni para organizarse ni oponerse a ese status-quo.

Por fin salimos del estúpido restaurante y entramos en la tienda de al lado, donde nos llevamos, al menos, dos gratas sorpresas: los chicos y chicas de "LA MÁS BELLA" habían conseguido colocar allí su último número-bolsa ("GRANDES ÉXITOS") y, más importante, encontramos unas viñetas y una portada de Pejo (del "Bazofia") en un libro muy majo y de muy buena pinta y edición llamado "El cómic underground español, 1970-1980", de un tal Pablo Dopico, en "Cuadernos Arte Cátedra". ¡Qué orgullosa me sentí, y qué emocionante, al ver sus dibujitos, estupendamente hechos, de Jim Morrison, Hendrix, Keith Richards, Patti Smith, Janis Joplin y, sobre todo, al verlo a él mismo, cabalgando una estrella, mientras dice "Llévame, estrella creciente, al lugar donde tu dueña se haya cautiva... Yo la rescataré de las terribles garras del sapo..."!. Muy, muy, tierno, bonito, artístico y vanguardista. Están también, claro, Ceseepe, Mariscal, Martí, Nazario (Nazario a mí me encanta...).Todo esto nos hizo además pensar en por dónde andarían las obras de Pejo, y en que el "Rolling Stone" lleva muchos, muchos números sacando su dibujito de D.A. Manrique sin darle un chavo ni pedirle permiso si quiera, claro...

Es realmente curioso que nos encontráramos con eso, pues, justo antes de entrar, habíamos estado hablado de nuestro pasado, de cuando éramos hippies, o punkis, o lo que sea, y nuestros padres, y mayores en general, nos denostaron y despreciaron encarnizadamente, a nosotros y a lo que hacíamos, de modo que a los dos nos ha costado bastantes años comprender que aquello tenía valor, a enorgullecernos y a apreciar, interiorizar y amar nuestro pasado y "obras" pasadas como realmente interesantes y valiosas...

LA EXPOSICIÓN EN SÍ

Finalmente nos encaminamos hacia los Picassos y, conforme me acercaba a la puerta, se me anudaba algo en la garganta y en el estómago y las lágrimas pugnaban por salir (cosa que yo no les permitía hacer, y menos delante de todos aquellos horteras... A una le olía el sobaco que pa´qué...). Si L. Reed me arrancó las lágrimas desde el principio, con su "What´s good", Pablo Picasso lo consigue desde la misma puerta, sin haber visto ni una sola obra aún salvo en mi cabeza...

Muy oportunas estas lágrimas cautivas, por otra parte, pues lo primero que me iba a encontrar eran los estudios de mujeres llorando, cara hacia arriba, lenguas afiladas, ojos descolocados y despavoridos, dientes desencajados y, en otras ocasiones, con niño muerto, espeluznante por lo plácido, en brazos... Cabezas de caballo igualmente desencajadas y profiriendo alaridos (relinchos) de horror... Nadie como Picasso, todo un escorpio cirujano (como yo; ¡toma morro!), sabe ver y enseñar lo más hondo y plasmar el dolor y la desesperación ante el horror humano más terrorífico...

Muy buenos también sus estudios de cabezas de toro, algunas con rostro humano, su "Minotauromaquia", y también sus inquietantes esculturas, en particular "La dama oferente", con aspecto abultado y gigante, como de alien negro, y un largo brazo ofreciendo una vasija mientra el otro aparece como amputado, lo que realza la longitud del primero y su actitud "oferente". También, en esculturas, "El hombre del cordero", color terroso; un hombre de cierta edad, con muslos y piernas algo débiles, con un cordero vivo en los brazos que parece que va a saltar y salir correteando en cualquier momento...

Pero la "highlight" indiscutible de la exposición es ese cuadrado imaginario que se le ha ocurrido a alguien en el "Reina" en cuyos lados se exponen cuatro auténticas bombas de relojería: a la izquierda, según se entra, el "Guernica". Frente al "Guernica", en otra sala a la derecha, al fondo, los "Fusilamientos del 3 de mayo", Goya (esa camisa blanca aguardando y retando valiente, con los brazos en cruz, la descarga mortífera y de rojo intenso que va a hacer que explote en mil pedazos de tejido y sangre...). Al otro lado, la "Masacre en Corea", Picasso (1951), con ese compacto batallón de la muerte, de enormes pies, apuntando a mujeres embarazadas y a niños. Impresionante ese vívido elemento narrativo mediante el cual Picasso cuenta que la desesperación y angustia de las mujeres, ante la certeza de los disparos, es mucho mayor en las que tienen a un niño pegado a la falda o a un bebé en brazos... Yo lloraba, lloraba incesantemente por dentro... Finalmente, frente a "La masacre de Corea", "La ejecución del emperador Maximiliano", Edouard Manet (1867). Éste a Pejo no le gustó; a mí sí. De nuevo un mostruoso y compacto batallón de la muerte, de fusiles, y una humareda muy real flotando hacia arriba...

De modo que, te colocas en el epicentro de estos cuatro cuadros y, aparte de sentir mucho dolor, y mucha admiración por los artistas, crees que te van a llover disparos o bombas por todas partes...

Para terminar; la organización y el personal del "Reina" nos parecieron desesperantes, por lo cutres, de modo que, en algunos momentos, creímos estar en Rumanía o peor... Ejemplo; le pregunto a una celadora por la etiquetita (info.) de una escultura; contesta que "ni idea" (!) y luego, cuando estoy admirando el "Guernica", casi en trance, me regaña y me conmina a echarme para atrás, cuando yo estaba colocada estupendamente bien tras el cordel correspondiente... Eso sí sabe hacerlo, ¿no, so maruja? Pero dónde está el cartelito, eso ya no, ¿verdad?.

Bueno, eso es todo. No os lo perdáis, por favor (además, ¡es gratis a partir de las 2:30!). Perdonad que me haya extendido tanto, pero, en este caso, es mejor que sobre que no que falte.

Besos muy cariñosos y, ¡venga, algún feed-back, por favor, ciber-coleguis!

Alicia XXX