viernes, junio 30, 2006

ÉL...

... es un hombre de caerse de espaldas. Su esencia más íntima y profunda, y también su superficie, están hechas de amor puro y rebosante y cariño inagotable...

Emana futuro, prodigalidad, optimismo y generosidad sin límite...

Es un centauro veloz y viril que lanza sus doradas flechas al cielo...

Y yo le amo a reventar: su suave y vibrante voz, sus enloquecedores hombros y piernas (jamás vi unas iguales), sus mareantes caderas, su noble cabeza, y su naturaleza...

(fiable y honesto hasta decir basta)

¡¡Qué suerte, mare mía, pero qué suerte!! Saludos adecuadamente inflamados de ALI -cia (o la que tiene alas...). XXX