Cada día que me asomo al periódico me encuentro con la siniestra sinfonía de mujeres muertas (aquí, en España). Bien de anorexia, bien asesinadas por sus maridos o novios, bien en una mesa de operaciones. Hoy ha sido esto último; una mujer de 44 años (¡qué joven, por dios!) intentando rebanarse, por lo sano, un poco de barriguita y de paso subirse las tetas. La segunda muerta en esa mesa "de la belleza" en Barcelona esta semana, parece ser. Esto es escabroso; es siniestro; es retorcido; es enfermo. Aquí pasa algo, señoras y señores. Ni uno solo de ellos ha muerto de anorexia ni en la mesa de operaciones por cirugía estética; sí por ahí haciendo guerras, plantando bombas y matando a mujeres y niños. Odio a los responsables de este estado de cosas. Odio a los que se pirran por mujeres "perfectas" que no existen ni existirán. Porque lo importante es siempre el corazón, el alma y la cabeza. Ya está bien, hombre, ya está bien.
Alicia XXX