
Al hilo de lo que hablábamos en el post anterior acerca de la familia, quisiera añadir que el amor verdadero, auténtico, equilibrado, maduro, es ese tan sabroso y maravilloso que se da entre un hombre y una mujer (o entre hombre y hombre o mujer y mujer, claro) porque, a diferencia de con la familia, éste se escoge libremente y, si está saludable, es de igual a igual entre dos personas independientes y libres (réstense de aquí a los y las animales que se abren paso a golpes o similar, claro).
Pero también estoy de acuerdo con el amigo y colega Stavro en que el amor de una madre por su/s cría/s es sobrenatural. Sobrenatural y mágico, ¡si lo sabré yo! Besos, Alicia XXX