Alfred Leopold Isidor Kubin (10 de abril, 1877 – 20 de agosto, 1959). Ilustrador Expresionista Austríaco y escritor ocasional, descendiente de ancestros checos.
Kubin nació en Leitmeritz, Bohemia, que entonces era parte del Imperio Austrohúngaro. Desde 1892 hasta 1896 estudió fotografía. Entre 1898 y 1901, Kubin estudió en la escuela de arte Schmitt Reutte y en la Academia de Munich. En 1902 comenzó a colaborar con la revista satírica Simplicissimus. Ese mismo año expone en Berlín y publica su primera recopilación de dibujos el año siguiente. Produjo un pequeño número de pinturas al óleo entre 1902 y 1910, pero pronto comenzaron a predominar en su producción otras técnicas y el dibujo con pluma a tinta china se convirtió en su medio favorito; también realizó acuarelas, y litografías. Viaja, sobre todo a París, y emprende una gran amistad con Kafka. En 1911 participó, junto a sus amigos Paul Klee y Franz Marc, en la exposición de Der Blaue Reiter.
Se le considera un importante representante del Expresionismo, destacando por sus fantasías oscuras, espectrales y simbólicas (normalmente relacionadas por series temáticas). Se han encontrado influencias, especialmente en sus obras tempranas, de artistas como Francisco de Goya, James Ensor y Max Klinger.
Como Oskar Kokoschka y Albert Paris Gütersloh, Kubin compartió el talento para las artes plásticas con el literario. Ilustró obras de Edgar Allan Poe, E.T.A. Hoffmann, Fyodor Dostoevsky, entre otros. Es también autor de numerosos libros, siendo el más conocido de ellos es su novela Die Andere Seite (El otro lado, comúnmente traducida como La otra parte, 1909), distopía apocalíptica de atmósfera claustrofóbica y absurda con reminiscencias de los últimos escritos de Franz Kafka. Esta novela es considerada una de las obras maestras de la literatura fantástica en lengua alemana y así la han calificado reputados autores como Hermann Hesse, que la sitúa a medio camino entre Meyrink, Poe y Kafka.
Desde 1906 hasta su muerte, llevó una vida retirada en un castillo del siglo XII en Zwickledt. Kubin fue galardonado con el premio del Gran Estado Austríaco en 1951 y con la condecoración Austríaca de las Ciencias y las Artes en 1957.
Alfred Kubin ha sido una influencia determinante en uno de los cineastas más innovadores y representativos del expresionismo: Murnau. Murnau sentía una fascinación especial por la obra de Kubin y en concreto por su utilización irreal de la luz. La magia de muchos de sus grabados y dibujos está de hecho en la iluminación porcedente de fuentes de luz imposibles e ilógicas. En una escena del Fausto de Murnau, se copia literalmente una de las ilustraciones de la novela de Kubin "La otra parte": la casa de la madre de Margarita extrañamente iluminada por la noche. Algo similar sucede en una escena de la calle en Nosferatu, que también copia de otra ilustración del mismo libro.
Por su capacidad onírica, Kubin ha sido considerado también de gran influencia en los pintores surrealistas, entre otros en Dalí.
Por su capacidad onírica, Kubin ha sido considerado también de gran influencia en los pintores surrealistas, entre otros en Dalí.
“El sueño es como un cuadro, pero hay que cuidarse de desmembrarlo de acuerdo a un sistema moral o psicológico para encontrarle una interpretación; es preferible permitirle al espectador que subsista en su genuina pureza simbólica porque la visión visible y creadora es más fuerte y fecunda que su prolijo análisis.” (Alfred Kubin).