¿Estás vivo? ¿Y cómo lo sabes? ¿Porque respiras, porque comes, porque te mueves y hablas como un autómata? ¿Porque cumples con la parienta, los hijos, los padres, los impuestos, el jefe...?(vaya, puede que también haya salido torpe, exagerado y mediocre...; ¡pero al menos es mío! ¡y me lo he currado tan poco...! en fin...)
Mira abajo a la Monte, a los Davies, a Daltrey, a Townshend, a Moon... Están vivos sin lugar a dudas (al menos ahí...).
El hombre y la mujer no pueden ni deben nunca conformarse con el estado de las cosas, con la vida en la jaula por muy dorada que sea. Un enorme poder nos ha sobrevivido siempre dentro, y es el mismo que nos ha permitido domesticar el fuego, las aguas, la tierra y los cielos; la enfermedad y la pobreza también, si queremos. Y ese poder nace de nuestro fuego interno, el mismo que impulsa a los Who a romper sus instrumentos, si les viene en gana, después de la actuación; y treinta años después su misma generación y las posteriores los acogen clamorosamente de nuevo y pagan por ellos lo que haga falta hasta agotar la taquilla.
Ese poder se llama pasión y, si se te apaga, estás muerto. Budista, pero muerto; cristiano, pero muerto. Buen ciudadano, padre, hijo, esposo, empleado, contribuyente, pero cadáver ya.
Alicia XX