El primer acierto de la obra es la charca en medio al fondo del escenario. Delante, alrededor y hasta dentro de ella se desarrolla la vida. Una vida en la que también caben el Mármara, el tráfico y el bullicio. Y está la música -casi toda turca, muy buena, y también Tom Waits, al final- los largos y vaporosos vestidos y las bailarinas que casi corren, bailan, se deslizan, vuelan o se peinan (sobre ellos). A veces, ellas son sostenidas como muñecotas inermes en los atentos brazos de ellos. Se producen relaciones y cortejos extraños. Un mundo muy femenino, delicado, onírico, sensual y elegante. Muy recomendable.
(M) Alicia (Cool) XXX y un poco de danza