La puntualidad y el timing, de escándalo, así que nos comportamos en eso como asquerosos británicos (a quienes tanto debemos en música, por otra parte). La prueba de sonido se alargó -éramos muchos-, y las pruebas de sonido siguen siendo nuestra asignatura pendiente pues, a lo visto, se oye fenomenal abajo pero arriba no, lo cual te hace sufrir luego un poco porque no sabes bien cómo estás proyectando la voz, la guitarra y los demás instrumentos -al menos Fionnuala y Pejo parecían estar de acuerdo en esto.
Un trago rapidísimo antes de empezar y ya estaban allí amigos muy queridos: Alfonso, Alex y Edurne, desde tiempo antes, Stavrogin, Ana, Juan Pablo, Óscar, etc. A la vuelta ya está la sala llena pero de personas totalmente desconocidas para mí, salvo Rafa Burillo. Cuando vi esa sala pensé: "Habrá que empezar desde el principio pues no creo que estas personas sepan quiénes eran Polanski y el Ardor, ni Derribos Arias, etc...!!".
Son las 7 y empezamos a impacientarnos por Jose Manuel Costa, quien sin embargo llegó estupendamente bien (a las 7:07h); Dani F. Marco, que estuvo genial, dijo unas muy agradables y acertadas palabras acerca de cada interviniente tras lo cual se disculpó pues debía irse a arbitrar una pelea de perros pequineses (¡no podemos esperar a ver qué se le ocurre la próxima vez!; ¡se podría hacer un monográfico acerca de sus extrañas aficiones!). Después de las intervenciones de ambos, habían dicho ellos -Jose Manuel y Alfonso- cosas tan bonitas acerca del libro y de mí y de los míos que yo, que normalmente soy una chica dura como la piedra y difícilmente impresionable, tenía un nudo en la garganta cuando me tocaba intervenir a mí (no lo recuerdo todo, claro -está en el DVD-, pero lo de mantis no religiosa, por ejemplo, me pareció precioso).
De lo que yo dije no recuerdo prácticamente nada, como es natural, pero estoy orgullosa de haber podido hablar unos seis minutos sin leer más que unas pocas notas (concretamente mi séptima, la menor y sol mayor sostenido). Sí creo recordar en que puse bastante empeño en agradecer a "mis mayores" todo lo que aprendí de ellos y en hacer por tanto hincapié en el disco de Polanski, que mostré ostensiblemente, y en los compositores y músicos que tanto me habían hecho disfrutar, fuera de la cama también.
Empieza el concierto y sufrimos un poco en las tres primeras canciones (Depredador, Sentir y Extraño) por el asuntillo de sonido que he comentado antes -abajo no parecen notar nada, por lo que nos han dicho-, pero en Las Motos todo sube como por arte de magia y creo que así hasta el final (nueve temas en total).
Al salir, unas risas maravillosas con los/as amigos/as más queridos/as y a bailar a lo bestia en la Boca del Lobo con el primer disco de Taera y después con el pincha.
Todo esto cansa mucho, amigos, pero me temo que no podremos parar porque es como una especie de veneno homeopático que te inocula un mosquito avieso en el sistema endomorférmico...
Abrazos, besos... ¡y hasta pronto!
Alicia XX
P.S. ¡Ah, gracias a Queyi, a Javier Rangel, a Fernando Canals...!