Hola. Estoy deseando contar, a quien quiera saberlo, el increíble follón que se montó el pasado fin de semana a raíz de un envío masivo-acción que ideamos Pejo y yo con la sola intención de sacudir y provocar al personal –a quien se deja provocar, claro, que quien no quiere ni se inmuta- de cara a la concentración-protesta del domingo en todo el mundo por el Día Internacional Contra la Violencia de Género. Tengo una inmennnnnnsa lista de correo formada por mis propios contactos y los que este bicho, por su cuenta y riesgo, me añade a la libreta de direcciones sacándolos, a lo visto, de los envíos masivos que yo a mi vez recibo (como todo quisque, creo). Cuando empecé este blog, hace como año y medio, reconozco haber “torturado” a mis amigos con envíos publicitarios de mi bitácora, pa´que echara a andar la pobrecita, pero después, cuando el embrujo surcaba los mares ya majestuoso y con el pecho bien levantado –y sin silicona, ¿eh?- pues dejé de hacer esos envíos, recuperé algunas amistades y reservé la enorrrrrrme lista de correo, que había crecido como la Ramona, para acciones realmente urgentes y/o importantes como conciertos nuestros –ejem- y asuntos de derechos humanos como el que nos ocupa.
El envío en cuestión era bastante simple, pero lo que no suele soportar la gente es algo directo y sincero. En él se venía a decir, de forma Deliberadamente punk (que esto es lo que ponía arriba, en el asunto), que si no pensabas ir a la mani del domingo ni te importaban las 97 muertas y sus huérfanos y huérfanas, ¿qué coño te importaba entonces?, y se listaban una serie de burguesadas que podía estar haciendo uno/a ese domingo a la tarde en lugar de ir a la protesta. Finalmente se deseaba que la sangre les salpicara a la cara alguna vez a los que no les daba la gana ver la situación ni hacer o decir algo al respecto. Todo esto usando todo lo que, como filóloga, sé de lenguaje, tono y tipografía para que el impacto fuera seguro; lo que se intentaba evitar a toda costa era que pasara desapercibido como tantas y tantas neutras convocatorias más.
Yo sabía de antemano que había gente que me iba a insultar, por lo que pedí opinión y complicidad a Pejo y a Rafa; Rafa dijo algo como que se atrevan, tras lo cual desapareció hasta el lunes, osease, ayer. Pejo hizo todo lo que pudo y le permitió su horario de trabajo y, sobre todo, la firmó conmigo. Quiero dejar claro a quien pudiera estar interesado/a en este tipo de “acciones directas” que los dos la consideramos un absoluto éxito a juzgar por las respuestas obtenidas y, sobre todo, por los clicks en el vínculo que la cerraba y que iba a dar a una convocatoria más pacífica, con info, imágenes y más vínculos. Nunca antes en ningún envío había habido tantos clicks, prueba irrefutable del interés de quienes deciden pinchar y del efecto de la información.
Las respuestas a vuelta de correo fueron positivas y dialogantes en su mayoría; algunos/as se quejaron levemente del tono e hicieron sugerencias pero, tras un intercambio de correos y explicaciones, todo quedó ok. Hubo sorpresas agradables, como quien se interesó “por mi dolor” y me ofreció hasta “guía espiritual oriental” (todos perfectos desconocidos para mí; ¿?). Hubo también tres personas o asociaciones que pidieron permiso para reenviarlo. En el apartado negativo: una señora de la Junta de Andalucía que me mandó a tomar por culo, tras lo cual yo hice lo propio, y otra señora que se hacía llamar krach que había publicado el mail en su blog, sin título, sin tipografía, esto es, desvirtuado, y se había dedicado a insultarnos en público, con nuestros nombres puestos, junto con otros dos contertulios suyos, entre ellos alguien que aseguraba que era “pa´darnos un par de hostias”. Ahí reconozco yo que me vi poseída por mi alter-ego, Beatriz Kiddo (de "Kill Bill") y me dispuse a propinar catanadas verbales a diestro y siniestro pidiéndole a la artífice del post en cuestión que lo retirara inmediatamente –esto ocurría antes de la concentración-, pero la lucha ya se había vuelto bastante desigual porque por allí había más encapuchados que personas (quiero decir que eran todo nicks frente a mis claros nombre y apellidos). La chica, que creemos es periodista, dijo un par de sandeces tras lo cual... ¡borró su blog entero! La lucha se extendía como una mancha de aceite a los blogs vecinos y, mientras ellos confiaban en que me callaría y me iría, yo estaba firmemente decidida a no dejar ninguna agresión sin su adecuada respuesta. En esto que me encuentro de repente en el blog de ¡Miguel B. Núñez!, de Humbert Humbert, amigos destacados nuestros en MySpace, y le dejo claro, tras contarle, que los amigos de krach no pueden ser nuestros amigos, después de lo cual ha finiquitado nuestra “myspaciada-ciber-amistad” de esta guisa. Él me cuenta una serie de cosas muy significativas y pacíficas que pensaba publicar aquí pero que no voy a hacer, de momento, porque tengo más respeto a las personas, sobre todo a las que tienen nombre y apellidos, de lo que aquella horda ha demostrado hasta el momento.
Realmente creo que enfrentarse en la red con anónimos enmascarados y cobardes perdidos es un coñazo a veces, pero a mí me da igual porque siempre salgo ilesa; no estoy yo mal entrenada para la lucha si es necesario –por gusto, no-, pues el poderoso planeta Marte es mi regente.
¡¡Uff, qué agotamiento, mare mía!! ¡¡Que alguien me enjugue el sudor de la frente, por dios!!
Alicia Kiddo XX