Paternal. Nada hace más atractivo a un hombre, ante mis ojos, que verlo "manejando" a uno -o más- chiquirrines. Veo a muchos por aquí, de todas las nacionalidades, pero mayormente europeos (mis favoritos; aunque, desde luego, no le haría ascos a un yanki, a un brasileiro, a un japonés, congoleño o ¡noruego!). Veo a hombres fuertes, con o sin tatuajes en la piel, con o sin pelo en la cabeza, pero todos con los genitales bien puestos, anchas espaldas y fuertes manos y brazos. Y veo a los chiquirrines, felinos cachorros o desgarbados aprendices de nadador, trepar por los fuertes brazos y anchos hombros de estos hermosos seres, masculinos y generosos, y hacerles la trigésimoquinta pregunta de la tarde, que ellos responden con total naturalidad, con tranquilidad, como quien no quiere la cosa...
(en el agua hoy color turquesa claro...)
Y por supuesto que no hace falta que los niños sean "tuyos". Los niños no son de nadie, o son de todos, que viene a ser lo mismo. Lo único que hace falta para ocuparse de un niño como es debido es un par. Un par de huevos, un par de tetas, un par de luces... Un par.
Hay personas, hombres y mujeres, que aseguran que no les gustan los niños, que les parecen un engorro y un coñazo. Tengo que respetarlos, porque todo el mundo se merece un respeto, pero a mí, sinceramente, me parecen la anti-vida, pues nada más lleno de vida que los niños (y las niñas, por descontado). Y que esos grandes, irresistibles y dulces padres. Por ellos.
(...irisada de blanco y débilmente ondulada)
Ha sido una visión de verano de,
(M) Alicia (Cool) XXX, tu webmistress amiga