Con este maravilloso requiebro me despierta mi chico esta mañana, consiguiendo que me abra, como una esponjosa flor, a los misterios del día y de la ciudad.
Anoche estuvimos en un sitio muy interesante, que recomiendo sin reservas, llamado Spindler & Klatt. Lo único que me tiraba para atras del asunto, al principio, es que habia leído que es el favorito de George Clooney cuando viene por aquí, y a mí Clooney, la verdad, me la trae bastante floja... (la moral, se entiende). Nos costó un poco dar con el lugar porque está medio "camuflado" detras de un siniestrillo edificio antiguo, enorme, tipo fábrica o algo así, de ladrillo rojizo, en apariencia deshabitado o habitado por intimidantes y extraños espiritus berlineses... Al no ver el Spindler, al principio, hicimos un alto en un garito oriental, enfrente, que era la repanocha en bicicleta; curiosos y cómodos divanes (uno de ellos -el que escogimos- fuera, en la calle), color rojo pasión, salpicados de acogedores cojines y, dentro -alucinante-, una serie de una media docena de grandes cuadros, color sepia, de lo que parecían ser antiguas mujeres notables indias.
Los precios en Berlín son notablemente más bajos que en Londres, París o incluso Madrid, ciudades todas ellas en las que te meten un obsceno palazo, si te descuidas, por respirar tan solo. De hecho, se podría decir que, en este sentido, Berlin es la más asequible y razonable de todas las capitales de la llamada "Europa de la primera velocidad".
Una vez en el Spindler & Klatt, alucinamos en colorines. El lugar parece un barco de lujo, con música suave (creemos que mas adelante se recrudece) y muy cool, que mira al río, y en el que un simpático y amable muchacho te da la bienvenida interesándose por si quieres cenar (reserva indispensable) o tomar una copa. Nosotros, que ya habíamos picado algo en el oriental, solo queríamos una copa, así que, en la barra, se hace cargo de nosotros un imponente negro (perdón, de color, oscuro??), tan guapo y apetecible que consigue que mis bragas (perdón, mis braguitas) se deslicen muslo abajo, hacia los tobillos, lentamente pero con gran determinación (lo cual me pareció bastante justo, la verdad, pues Pejo se está poniendo las botas aquí, todo el tiempo, con las hermosas walkirias en sus veloces bicicletas...).
El lugar mira al río, como he dicho, y a un buen trozo de lo que queda del muro, enfrente, y esta bien surtido de divanes, grandes chaise lounge tipo "cama", salpicados de cojines blancos, en los que tanto parejas como grupos pueden cenar, beber o achucharse desvergonzadamente. Aparte de la música y el ambiente, es también una gozada contemplar las psicodélicas ondas que dejan en el agua las diferentes barcazas iluminadas que surcan el río como grandes y perezosas luciérnagas nocturnas...
Y luego, cuando encuentre otro hueco -que este ordenador esta muy disputado-, más, y más, y más!!!
Besos muy cariñosos a todas y a todos de...
(M) Alicia (Cool) XXX, tu webmistress amiga, desde Berlín, en riguroso directo