Buenos días. Éste es un tema que quería tratar hace algún tiempo, y la verdad es que no lo he hecho porque, cada vez que me pongo a pensar en ello, me entran unas irreprimibles ganas de llorar. De verdad que es increíble que, ya en el siglo XXI, nos sigamos comportando como bestias salvajes, como cruentas alimañas -bueno, mucho peor, porque, que yo sepa, los animales no se ensañan de esa forma- y todos los años tengamos lo mismo; ese incesante e insidioso goteo de mujeres acuchilladas, quemadas vivas, arrojadas por una ventana, estranguladas, atropelladas, y esa legión de niños y niñas gravemente dañados -si no también asesinados- y desde luego, marcados y traumatizados de por vida.
A los listos y listas que "contraatacan" con que ellas también agreden, maltratan y matan, los dirijo, simplemente, a las rotundas estadísticas: 43 asesinadas en España por violencia doméstica en la primera mitad del año en curso frente a 3 hombres igualmente asesinados en ese mismo periodo (según datos del Instituto de la Mujer). Usted dirá. Y a los estúpidos y estúpidas, cabezas de chorlito, que insisten en que "algo harán ellas", les pregunto directamente qué es lo que les impide, a estos supuestamente hiperpresionados hombres, separarse civilizadamente de sus mujeres si las cosas van tan mal en la pareja como para que estas pobres víctimas terminen asesinándolas a ellas. ¡Por favor! ¿Otra vez esa muy religiosa tesis de que las mujeres somos unas peligrosas y dañinas brujas a las que hay que encerrar o exterminar? ¿Acaso hemos retrocedido tanto como hasta la Edad Media?
Es sólo posible que mucha gente haya olvidado un gesto tan simple como echar un vistazo a la Historia. El maltrato y la violencia contra la mujer (también contra el hombre, claro, pero contra la mujer 18 veces más) han sido tan claros y virulentos en todas las épocas y países que hay que ser un auténtico borrico para no apercibirse de eso. Imagino que el virus del analfabetismo ho habrá llegado tan lejos como para que yo tenga que explicar en detalle la situación actual de mujeres y niñas en África, China y la India, por poner sólo algunos ejemplos quizá más conocidos. Pero, también en la avanzada Europa y Norteamérica, no ha sido hasta, digamos, los últimos 50 años, que la mujer -y algumos hombres e instituciones también, afortunadamente- han empezado a darse cuenta -yo creo que gracias a un acceso más generalizado a la universidad- de lo que las mujeres podían hacer en todos los ámbitos sociales, políticos, laborales, culturales, científicos, artísticos, etc., que les habían estado vedados hasta hacía muy poco. Cuando voy a un museo, cuando veo a los jefes de estado o religiosos del mundo, músicos de rock, ricos y poderosos empresarios, pintores, poetas, cineastas, realmente me hierve la sangre al comprobar la enorme injusticia de que las mujeres prácticamente no hayamos existido en niguno de esos atractivos campos y lo empecemos a hacer ahora, pero en número aún muy reducido. Por todo lo expuesto aquí, yo hablo sin ambages de un total, mundial y generalizado FEMICIDIO a todos los niveles -además de puramente físico, también sociocultural, político y artístico-. ¡Cuántas excelentes escritoras, pintoras, compositoras, científicas no hemos podido conocer ni conoceremos jamás simplemente porque se las han cargado o porque no les han permitido disfrutar de ninguna actividad creativa y/o profesional!
Pues éstas, entre otras, -como problemas de salud específicos de la mujer por repetidos partos, cuidado de los hijos y cosas por el estilo- son las auténticas causas de una tradicional falta de respeto a las mujeres, consideradas una especie de "seres primarios" pegados a lo más básico y rudimentario del ser humano (procreación, cuidado de la camada, pitanza, limpieza, etc.), frente a un "deslumbrante" e "inasible" varón que sale al trabajo, tiene reuniones, quizá, hobbies, tiempo libre con los amigotes (o amiguitas), ineludibles partidos de fútbol y, por lo general, un mayor poder adquisitivo. Todo el mundo sabe que hacen falta MUCHOS AÑOS aún para que la situación se equilibre mínimamente, como lo está en otros países europeos (que adoro precisamente por eso, entre otras cosas). La verdad es que me apena bastante el que quizá esos años sean tantos que yo no llegue ni a verlo aquí.
Creo firmemente que un ser humano culto, que conoce sus derechos (la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por ejemplo, es bastante clara, rotunda y completa a ese respecto), que es, además de "un pedazo de carne", un/a ciudadano/a con una personalidad cultural, social, artística, humanística, hasta política, definida, es mucho más difícil de matratar y asesinar que alguien que ignora su valía, dimensiones humanas y derechos (duramente conquistados para él/ella a lo largo de la Historia). Imprescindible, desde luego, desasirse de la nociva influencia cristiana, religión misógina por antonomasia -sí, ya sé que algunas lo son aún más- con sus paralizantes nociones de culpa, sufrimiento hacia Dios, sacrificio, "perdón", etc.
Para terminar. Un problemón añadido acerca de los malos tratos en España -la verdad, no sé bien cómo está el panorama por ahí fuera a este respecto- es la aparente creencia generalizada del español de que éste es un asunto íntimo, del ámbito de doméstico, familiar o marital, en el que muy poca gente se "entromete", y eso, realmente, no ayuda en absoluto. Hace relativamente poco tuve que padecer un desquiciante (por lo doloroso) caso de este tipo en unos familiares muy próximos; recuerdo que se lo conté a mis amigos, pues, entre otras cosas, ni podía con el dolor ni sabía qué era lo mejor (suelen ser casos extremadamente complejos). Pues bien, obtuve cariño, obtuve buenos consejos, pero no una iniciativa decidida del tipo: "No te preocupes, yo te ayudo" -voy contigo a denunciar, o a informarnos, o algo parecido-. No hay que olvidar que las víctimas de un caso encarnizado de violencia doméstica son siempre varias, no sólo la que recibe los golpes, y que, además, suelen estar demasiado "secuestradas emocionalmente" como para poder pensar y reaccionar con claridad y eficacia.
Así que, en mi opinión, los maltratadores y asesinos somos todos mientras no hagamos lo que nos corresponde en nuestro plano personal, social, familiar y educacional.
Besos con vocación sanadora, y muy cariñosos, además, de...
(M) Alicia (Cool) XXX, contra los cerdos que matan mujeres y niños. ¡¡Muac y Remuac!!