
Hemos dado un subyugante paseo por los alrededores de esta Vila y hemos vuelto a bajar a Luso, localidad que contiene un sugerente laguito con patos y cisnes por el que hemos decidido pedalear un poco ante los indescifrables graznidos de las ánades que, según hemos interpretado, nos reganhaban por no ir a verlas más a menudo (cosa que -hemos prometido- no volverá a ocurrir jamás).
Después, a Bussaco (o Buçaco), un anonadante parque natural que cubre un monte de exhuberante vegetación y rinconcitos de leyenda (en la foto, con el Palacio de Buçaco en el medio). En la deliciosa comida, vemos un poco del concierto de la Monte (Marisa), en Oporto. Qué buena pinta, madre mía...!!
La vida aquí parece muy tranquila, dulce y apacible. Un recuerdo muy carinhoso a Angelo, el menino de cinco anhos que anoche estuvo jugando con Marino, a la deslumbrante luz de la luna, junto al lago, hasta caer ambos exhaustos (en dos idiomas, claro...).
Beixinhos!!!
(M) Alicia (Cool) XXX (disfrutando como una enana).